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DISKOBOX LUNES DE 21 A 23h. RADIO MAI 102.8 F.M. ZARAGOZA

DIGITALIZACIONES Y REMASTERIZACIONES

     La industria musical está matando la música. Desde que se inventó el soporte digital y se comercializó de manera masiva en los años 90 los que amamos la música vemos cómo un día tras otro, esta industria que autoproclama defensora de la música y que se emplea en absurdas batallas para, según ellos mismos, salvarla y evitar su desaparición (¿?), no demuestra ningún respeto por la más bella de las artes.

     Todas las semanas se publica alguna reedición en soporte digital de antiguos discos, pero esta vez "remasterizados y digitalizados". Son sobre todo discos de los 60 y los 70. Fué en estas décadas, sobre todo con el auge de la psicodelia y del rock progresivo, cuando los estudios de grabación comenzaron a cobrar protagonismo de primer orden en la creación de un disco, convirtiéndose a veces en un instrumento más al servicio de los músicos. Algunas de estas producciones, desde las más artesanas hasta las más sofisticadas, forman parte de la historia del rock y han sido las causantes de que algunos discos del pasado sean considerados auténticos clásicos. Me vienen a la cabeza algunas producciones legendarias: Revolver o Sargent Peppers, de The Beatles (George Martin) , A Night at the Opera, de Queen (Roy Thomas Baker), Dark Side of the Moon de Pînk FLoyd... Son muchas las obras cuyas producciones discográficas que son trabajos verdadermaente antológicos como para que a golpe de ordenador, y sin ningún escrúpulo, se altere su sonido original, y se elimine y minusvalore el trabajo realizado en su momento. Si escucháis a Queen remasterizados no estáis escuchando a los verdaderos Queen.

     No soy un gran entendido en pintura, pero estoy seguro de que actualmente existen artes pictóricas más avanzadas de las que se conocían hace décadas. A pesar de eso a nadie se le ocurre retocar el Gernika de Picasso o Las Meninas de Velázquez. Seguramente se conseguirían nuevos matices, contrastes y profundidad, pero a nadie se le ocurre alterar una obra de arte. Pues bien. La música también es un arte, amigos de la industria musical. Por ello me parece una aberración alterar algunas obras musicales para darles nuevos sonidos, más actuales, pero no por ello mejores.

     Como decía George Harrison, la grabación de un disco no es sólo la grabación de un conjunto de canciones, sino que en él se plasma una determinada manera de pensar, de actuar, de grabar, en función del lugar y la época en la que se graba el disco, y en función de la técnica existente el ese momento. No son sólo canciones, sino que es un testimonio documental de una determinada época y lugar.

     A pesar de lo que nos quiere hacer creer la industria, el sonido de un vinilo de calidad supera en muchas ocasiones al de una grabación digital, en cuanto a la capacidad de reproducción de determinadas frecuencias (fundamentalmente en las graves) y "calidez" de sonido. Eso sin hablar del precio ínfimo que cuesta fabricar un CD y el precio abusivo al que se vende, pero eso es otro tema... También hay que mencionar que el material del que está hecho el CD se degrada muy rápidamente. Tanto que quizá dentro de 50 años no podáis reproducir ya vuestros CD´s, mientras que el vinilo tiene una duración prácticamente ilimitada. Más peros al formato digital: seguro que todos tenéis en casa algún CD que salta y a pesar de haberlo limpiado no hay manera de conseguir reproducirlo de manera adecuada. Misterios de la técnica.

     Por lo tanto no seré yo quien contribuya con la contaminada y aberrante industria musical mientras no se pongan a la venta los discos en formato vinilo, y por supuesto me niego a ayudar a una industria "musical" que no muestra ningún respeto por la música, y que además dice defenderla.

     SPIN THE BLACK CIRCLE. VIVA LA VYNIL!

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